En el Diccionario de Fantasmas, Misterios y Leyendas de Venezuela de Mercedes Franco se advierte sobre el "Acoso Sexual de Fantasmas", quienes tienen un proceder que dista mucho del arquetipo que vamos a adoptar luego de haber interiorizado nuestro Galán Con Billete.
Se lee en ese diccionario:
"...Aunque pueda parecer increíble hay fantasmas que se enamoran de los seres vivos, y los acosan sexualmente. Hasta se “despechan” por ellos. En su extraña pasión persiguen y atormentan a la persona de la cual se enamoran, tratando de seducirla. En la antigüedad se hablaba de íncubos y súcubos, demonios masculinos y femeninos. En realidad eran entidades incorpóreas, de naturaleza maligna, que asumían a veces agradable forma humana, con el fin de tratar de atraer a los humanos y sostener trato carnal con ellos. A veces se acercaban a la gente durante la noche, mientras dormían.
En muchos países del mundo se habla de fantasmas enamorados, duendes y otros misteriosos seres que acosan a las muchachas y en Venezuela, en el estado Falcón, se sabe de los llamados Ceretones, duende invisibles que se enamoran de las jovencitas, y son capaces hasta de raptarlas, para llevarlas a lo más profundo de La Sierra.
En el oriente del país también hay creencias similares. En un pueblo llamado El Tejero, en el estado Monagas, se cuenta la historia de Carmelina, una joven que recibía todas las noches la visita de un invisible desconocido. Oía sus pasos fuertes, acompasados, y su voz varonil, de timbre ronco y grato. Ella cerraba los ojos y adivinaba su rostro de fuertes rasgos, sus ojos profundos. Aquel galán sobrenatural no faltaba una sola noche a la cita. Era muy puntual, lo cual no se puede decir de muchos humanos. Se acercaba a ella y la saludaba con cariño, preguntándole si se encontraba bien. A los pocos días, Carmelina se dio cuenta de que se trataba de un fantasma enamorado. En un primer momento pensó aceptar la amorosa amistad, pero luego recordó que estaba recién casada y que su marido la celaba rabiosamente de cualquier hombre, por más fantasma que fuese. Llamó entonces a su vecina Narcisa, curandera, que tenía fama de caza fantasmas: era experta conocedora de hierbas y plantas capaces de ahuyentar a los malos espíritus. Narcisa mandó a desocupar la casa por un día y luego hizo lo que los conocedores llaman un sahumerio: quemó en cada esquina de la casa hojas aromáticas, en este caso raíces de una planta conocida como “piñón”. El etéreo pretendiente nunca más se acercó a Carmelina, pero dicen que lo escuchaban silbando fuertemente en la plaza, irritado por no poder volver al lado de su amada..."
En otro diccionario, el Babylon 10, se dice que "...La persona que pretende ser Ceretón ha de someterse a ciertas ceremonias en donde un médico hechicero le impone cosas para lograr la iniciación"."Después, el iniciado tiene que ir a las doce de la noche a una encrucijada. Allí se revuelca en el suelo, invoca al «Maligno» y queda convertido en un Ceretón. Inmediatamente se dirigirá a la orilla de un pozo. Se desnudará y colocará su ropa, al pié de un árbol. Luego rezará la oración de San Cipriano, al revés, el Credo o cualquier otra oración, y concluida ésta, marchará en dirección a la casa en la cual desea hacer de las suyas, invisible ya para los no iniciados..."
De tal manera que si sospechas que tú o algún conocido tuyo tiene visos de ser un ceretón es hora que lo alejes de tan indeseables senderos. ¿Cómo? Exhortándole a leer Dos Secretos Tiene El Éxito. El Coaching de la imagen masculina. ¿Por qué? En esta lectura, un «galán» no es un chamo bonito simplemente. Sin importar la edad, es un ser de nobles principios y sentimientos, que además es muy agradable porque sabe sentirse bien consigo mismo y con el prójimo. Es un hombre que sabe lo que hace. Es un caballero. Pero ser galán no es suficiente. Menos lo es tener sólo dinero. No siempre se cumple aquello de “billete mata galán”. A más de uno con billete lo han dejado por un galán. Necesario es combinar la destreza del bienestar material con la tranquilidad espiritual. Por primera vez te vamos a guiar en dos preceptos que se creía eran excluyentes. Para la del dinero y el bienestar material te ofrendamos, además de los sabios consejos de culturas milenarias, la Tabla de La Fortuna, primer software de generación, conservación e incremento de tu caudal financiero. Para la de galán, rebosante de salud y autoestima, hacia la superación personal, caminarás la senda de la elegancia, el buen gusto y la educación que brotan por los poros. ¡Serás irresistible!
En el oriente del país también hay creencias similares. En un pueblo llamado El Tejero, en el estado Monagas, se cuenta la historia de Carmelina, una joven que recibía todas las noches la visita de un invisible desconocido. Oía sus pasos fuertes, acompasados, y su voz varonil, de timbre ronco y grato. Ella cerraba los ojos y adivinaba su rostro de fuertes rasgos, sus ojos profundos. Aquel galán sobrenatural no faltaba una sola noche a la cita. Era muy puntual, lo cual no se puede decir de muchos humanos. Se acercaba a ella y la saludaba con cariño, preguntándole si se encontraba bien. A los pocos días, Carmelina se dio cuenta de que se trataba de un fantasma enamorado. En un primer momento pensó aceptar la amorosa amistad, pero luego recordó que estaba recién casada y que su marido la celaba rabiosamente de cualquier hombre, por más fantasma que fuese. Llamó entonces a su vecina Narcisa, curandera, que tenía fama de caza fantasmas: era experta conocedora de hierbas y plantas capaces de ahuyentar a los malos espíritus. Narcisa mandó a desocupar la casa por un día y luego hizo lo que los conocedores llaman un sahumerio: quemó en cada esquina de la casa hojas aromáticas, en este caso raíces de una planta conocida como “piñón”. El etéreo pretendiente nunca más se acercó a Carmelina, pero dicen que lo escuchaban silbando fuertemente en la plaza, irritado por no poder volver al lado de su amada..."
En otro diccionario, el Babylon 10, se dice que "...La persona que pretende ser Ceretón ha de someterse a ciertas ceremonias en donde un médico hechicero le impone cosas para lograr la iniciación"."Después, el iniciado tiene que ir a las doce de la noche a una encrucijada. Allí se revuelca en el suelo, invoca al «Maligno» y queda convertido en un Ceretón. Inmediatamente se dirigirá a la orilla de un pozo. Se desnudará y colocará su ropa, al pié de un árbol. Luego rezará la oración de San Cipriano, al revés, el Credo o cualquier otra oración, y concluida ésta, marchará en dirección a la casa en la cual desea hacer de las suyas, invisible ya para los no iniciados..."